En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Sello y protejo con el poder de la sangre de Jesucristo el Señor, mi consciente, inconsciente y subconsciente.

 

Sello y protejo mi razón, mi corazón, mis sentimientos y mis emociones.

 

Sello y protejo mis sentidos, mi ser físico, mi ser biológico, mi ser psicológico, mi ser material y mi ser espiritual.

 

Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que puedo, todo lo que sé y todo lo que amo quedan sellados y protegidos con el poder de la sangre de Jesucristo.

 

Sello y protejo con el poder de la sangre de Jesucristo, mi presente, mi pasado y mi futuro.

 

Sello y protejo mis planes, mis proyectos, mis sueños, mis ilusiones, viajes y mi salud perfecta.

 

Sello y protejo con el poder de la sangre de Jesucristo todo mi ser, mi familia, mis posesiones, mi árbol genealógico, todo queda sellado y protegido para que nada ni nadie pueda provocarle ningún daño.

 

Me escondo en la llaga del costado herido de Jesús, me escondo en el corazón inmaculado de la Santísima Virgen María.

 

San Miguel Arcángel:

cada segundo,

cada minuto,

cada hora,

cada día,

cada semana,

cada mes y cada año defiéndeme y libérame en la batalla y haz que venza bajo tu protección de los ataques del demonio y sus agentes del mal, espirituales y materiales; tu espada, escudo y lanza divinas me guíen, me protejan, me defiendan, me liberen y sellen hoy hasta la eternidad.

Amén, Amén, Amén.